El Enterprise había bajado a impulso hace unos minutos
mientras se adentraba en el Sistema Solar, miles de soles habían sido visitados
desde que el primer Enterprise surcara los confines del espacio y aun así este
era el único Sol, el que no necesitaba ser nombrado, el único que alumbraba el
hogar, por esto seguía sin nombrar, a pesar de su tamaño era el que ostentaba
el privilegio de ser el único. La pequeña esfera amarilla se agrandaba mientras
la nave marcaba su rumbo hacia Utopia Planitia, los astilleros marcianos. No
había mucho que reparar, no habían tenido enfrentamientos, no había habido
ningún problema técnico de modo que la obligada estación era más una formalidad
y la oportunidad de que su tripulación tuviera un merecido descanso.
- Estamos en rango de maniobra Capitán – El boliano al timón sabia estacionar al Enterprise mejor que cualquier otro miembro de la tripulación pero mantenía el formalismo que había sido tradicional en el puente de la 1701-B
- Muy bien
señor Teg, proceda según su criterio.
Una vez cumplidas las verificaciones de rigor la nave quedó quieta, anclada a la base hasta que terminara su inspección como un ave que hubiera sido enjaulada.
- ¡Maldita sea Harriman! Te estás volviendo nostálgico a tu edad – Pensó mientras veía alejarse el Enterprise por la ventana de la lanzadera que lo llevaba a Marte a presentar su reporte de misión.
Pocos minutos después caminaba por los pasillos de la
Estación Marte rumbo a la oficina del Almirante Fujisaka quien esperaba un
reporte pormenorizado de la negociación con los mineros de Arken. Apretó
inconscientemente el padd que llevaba en su bolsillo como un amuleto, ese
resumen era esencialmente el mismo que la Cadete Miranda había preparado para
el con algunas modificaciones menores que había realizado más por el compromiso
de ser el responsable que por que fueran necesarias.
La oficina del almirante tenía una sala de espera bastante
cómoda, Fujisaka era un hombre que gustaba de ser esperado al parecer, la
presidia una hermosa mujer de piel morena que a primera vista parecía humana
hasta que se revelaban sus puntiagudas orejas debajo de su pelo color azabache.
Un suspiro mental lo tomó por sorpresa, era el tipo de chica que podría invitar
a bailar, pero sabía muy bien que los vulcanos no bailan, ni siquiera
ceremonialmente.
- Buenos días, estoy aquí para mi reporte de misión con el Almirante Fujisaka.
La vulcana levantó la vista y lo examino con detenimiento
hasta hacerlo sentir incomodo, dudaba que le costara identificarlo, era John
Harriman, el capitán de la nave insignia de la Flota Estelar, se quedó
esperando hasta que sus ojos se cruzaron y tuvo que reprimir su sorpresa al ver
que la oficial sonreía.
- Por
supuesto capitán, el Almirante lo espera. ¿Desea que le sirva algo durante su
entrevista? – preguntó cordialmente
- Nada, muchas gracias – Respondió mientras se dirigía a la puerta del despacho
El almirante se encontraba de pie junto a una holopantalla
dando instrucciones sobre algo que no alcanzó a escuchar pero se giró
rápidamente al sentir a Harriman acercarse.
- Capitán, Buenos días – El saludo del almirante no revestía ningún afecto, Harriman tampoco lo esperaba, nunca se había llevado bien con Fujisaki, era un ogro en uniforme y había sido su principal detractor después del accidente del Lakul.
- Buenos días almirante, aquí está mi reporte – le extendió el padd con brazo firme esperando que esa fórmula redujera el tiempo de su entrevista.
Fujisaki tomo el reporte y lo vio rápidamente antes de dejarlo sobre su escritorio junto a una pequeña montaña de padds que debían estar juntando polvo desde hace tiempo como si no fuera importante para él.
- Siéntese por favor – Su tono seguía sin ser amable pero las formulas de la cortesía se mantenían, al fin de cuentas Fujisaki era japonés y en el siglo XXIII los descendientes de este imperio se habían esforzado por revivir las tradiciones del honor samurái.
Harriman se sentó en la silla que le había señalado pero
mantenía un precavido silencio en espera de las palabras del viejo oficial,
quizás solo quisiera que tuviera que verlo desde abajo, al fin de cuentas media
unos 10 centímetros más y podría ser alguna de esas marrullas de batalla que
había leído en algún manual de guerra psicológica. Tal como lo esperaba
Fujisaki no se sentó y mantuvo toda la solemnidad de su cargo.
- Ha
tenido usted una misión sin contratiempos según entiendo.
Harriman empezó a articular una respuesta, pero no tardó en
darse cuenta de que la frase era un formalismo, el Almirante no tenía ninguna
intención de que le contestara pues continuo sin detenerse.
- El Enterprise B ha negociado un tratado minero con los Arkenianos y eso nos debería alegrar en la Federación, por supuesto esto será incluido en su registro oficial, nada menos se esperaría del Capitán del Enterprise – Dijo sin sonreír
Harriman no estaba seguro de haber captado el sentido de las palabras, no sabía si eran una felicitación o un reproche, mentalmente rió al pensar en los contrastes de la cálida vulcana de la puerta con el frío tempano de hielo humano de la oficina.
- Me alegra que este satisfecho almirante - Respondió precavidamente
- ¡Oh no Capitán! No me ha entendido, he dicho nos debería alegrar, no he dicho que me alegre a mi particularmente. Su incursión en Arken tenía un objetivo diferente, el tratado comercial era solo una pantalla, en realidad queríamos verificar las reservas reales de corbomite, queríamos saber si eran lo suficientemente valiosas como para establecer una base de la federación en la zona.
La apariencia de Fujisaki había cambiado, se veía en su semblante
que ahora no estaba cómodo. De un momento a otro se había tensionado y estos
detalles no pasaron desapercibidos a los hábiles ojos de diplomático de
Harriman, sus sentidos se pusieron alerta, algo no iba bien, algo estaba
pasando y debía enterarse de ello.
- ¿Qué clase de presencia deberíamos establecer señor? – La pregunta la había formulado con aparente desinterés, pero sabía que era una respuesta demasiado delicada.
El almirante dio una vuelta a su escritorio y se detuvo a un
lado, justo entre la bandera de la federación y el capitán, como eclipsándola a
su vista.
- Muchas gracias capitán, es todo.
Lentamente se puso de pie sin quitar su mirada de los inexpresivos ojos rasgados de su interlocutor como tratando desesperadamente de leer la respuesta en ellos, pero sin ningún éxito. Una vez de pie extendió la mano para despedirse en un gesto tan inesperado que tomó por sorpresa a Fujisaki quien extendió su mano dubitativamente y estrecho la mano del capitán. No cruzaron más palabras, al parecer no era necesario.
Al salir al vestíbulo la joven vulcana no se encontraba a la vista, mejor así, tenía mucho en que pensar y se esforzaba en recordar todos los detalles de su breve entrevista. La actitud de Fujisaki, la ceremonialidad de sus gestos, el mensaje que le había transmitido, porque para él era claro, la Federación quería establecer su presencia en Arken, Marla lo había dicho durante su entrevista, pero ¿para qué? Se dirigió rápidamente a su habitación sin quitar la última escena de su mente, repitiéndola una y otra vez para grabarla y poder recordarla después.
Entró a su habitación y aseguró la puerta tras de sí.
- Computadora, localice a Marla Miranda.
La computadora tardo un par de segundos que se le hicieron eternos en responder a su pregunta.
- La cadete Marla Miranda se encuentra a bordo de la USS Hood.
¿Qué hacía uno de sus tripulantes a bordo de otra nave tan solo una hora después de haber atracado? A lo mejor se estaba poniendo paranoico, existían muchas razones para estar en otra nave, y muchas de ellas no hacían parte de ninguna teoría de conspiración.
- Computadora, establezca un canal con la cadete Marla Miranda.
- Imposible de completar.
- Especifique.
- La cadete Marla Miranda ha solicitado no ser molestada.
Eso tampoco significaba nada, sin embargo solicitó a la computadora que le notificara cuando la cadete volviera a estar disponible, mientras tanto se metió de cabeza en la revisión del reporte de la misión, algo debía habérsele pasado por alto.
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- ¿Creen
que nos sirva?
demora sulu era timonel del enterprise b y no aparece o estoy medio chicato
ResponderEliminarHola... pues si, tienes razón, en Generations había una Sulu al timón, Demora Sulu. Pero esta historia esta ambientada mucho después de la botadura de la Enterprise B, durante ese tiempo muchas cosas pudieron cambiar, habrá que esperar como sigue este relato. Por lo pronto te invito a escuchar un podcast improvisado que hicimos para el lanzamiento de esta historia. https://www.youtube.com/watch?v=KmlrhKOl2qY
ResponderEliminarMmmmm, no otra historia donde la federación resulte ser la mala del paseo, no por favor ....
ResponderEliminarTu tranquilo Juan, hasta ahora son las primeras pinceladas.
EliminarMe he conectado, a la historia para ser el primer capitulo, pinta interesante, es muy detallado, por instantes te sumerges en la historia.... Felicidades muy buen comienzo...
ResponderEliminarMery, pues gracias por el comentario, cada capitulo se pone mejor
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