viernes, 13 de julio de 2018

Retorno al Puente - Capítulo 5. Ensueño

A muchos años luz de Mykonos la comandante Michelle Noxos se encontraba parada a horcajadas sobre la sonda autónoma que habían encontrado, por más escaneos que habían realizado no se percibía ninguna señal de energía proveniente del artilugio, T´rel había estado junto a ellos la primera hora pero había decidido dejar la tarea encargada a su primera oficial, los vulcanos carecían de curiosidad de modo que simplemente había pedido que le informaran cuando supieran algo, Noxos había empezado por escanear, luego por revisar visualmente, finalmente por la inspección táctil y al final por darle un buen golpe con una llave expansiva al aparato para ver si al menos era hueco, de todo esto solo había podido concluir que era macizo y que si tenía algo en su interior debía ser muy pequeño. La sonda era cilíndrica de dos metros de largo y un metro de diámetro, presentaba algunas irregularidades pero no parecían tener ninguna finalidad, por lo demás no sabían más que cuando la vieron, la ceguera de los sensores había desaparecido tan pronto habían detectado la sonda sin necesidad de ninguna reparación eso indicaba que la sonda de alguna manera debía desviar los sensores a su alrededor, probablemente era por eso que no podían ver en su interior. Sin embargo, era evidente que la sonda, si es que eso es lo que era, no era una ocurrencia natural, debía haber sido fabricada con algún fin.

A su alrededor varios oficiales revisaban minuciosamente cada centímetro cuadrado de la sonda tratando de hallar un agujero, una ranura o cualquier cosa que les permitiera avanzar en la pesquisa. Michelle estaba raspando con la uña junto a una línea en bajo relieve para ver si así podía sentir algo inusual pero sin mucho éxito.

-   Comandante, creo que el equipo de micrografía ha encontrado algo.

Michelle dio un salto para bajarse del aparato, se alejó preguntándose qué era lo que contenía mientras caminaba rumbo a la consola donde el equipo de micrografía hacia su trabajo. En la pantalla se veían varias imágenes que definitivamente correspondían con el análisis micrográfico de una aleación.

- Es una aleación de viterbina con poliduranium, no es de uso común en la federación, no hay registro del uso de esta aleación en ningún componente espacial, sin embargo si hay registro de varios experimentos sobre este material, ninguno dio como resultado que se extendiera su uso.

- Alguna raza la usa así no sea en aplicaciones espaciales - Pregunto mientras deslizaba su dedo sobre la pantalla


- Hay un registro de uso ceremonial de la viterbina en el sistema Arbazan, en etapas tempranas de su civilización preindustrial, aunque no hay registros de esta aleación con poliduranium que es claramente post industrial.

- Estamos a media federación de Arbazan, no creo que ambos estén relacionados, documente su hallazgo y continuemos con la revisión…- se quedó muda al notar que una línea perfectamente vertical aparecía en la pantalla que mostraba el barrido del micrógrafo que mapeaba la superficie de la sonda - ¿Qué es eso?

El analista se apresuró a enfocar el área en barrido y notó que la línea era un estrecho corte en la superficie de la sonda que se perdía arriba y abajo de la pantalla, ambos supieron al mismo tiempo que debían alejar la imagen. El siguiente cuadro mostraba la misma línea pero con un remate horizontal en la parte superior y lo que parecía ser una línea más en la parte superior.  Un segundo alejamiento mostro una intrincada maraña de caracteres que formaban líneas bien definidas, como caracteres en una intrincada escritura.

- ¿Qué altura tiene cada carácter?

- Unos cuantos micrones comandante.

La imagen completa apareció en la pantalla, nadie comprendía nada de lo que decía, pero al menos habían encontrado algo.


- ¡Buen trabajo!  Sigan buscando, con algo de suerte eso es el manual de esta condenada cosa, quizá nos diga cómo se abre.

Camino decidida hacia la sonda para verificar la zona donde se hallaban las letras, el micrógrafo continuaba con su barrido metódico y sin afanes. La superficie era totalmente lisa a la vista, pero sabía que los caracteres estaban labrados allí mismo, estiro su dedo para ver si se percibía alguna rugosidad y de pronto se encontró sentada en el césped frente a su casa en Islandia, era una de las escasísimas horas en que brillaba el sol en ese día opaco de tres meses que disfrutaban los habitantes en la cercanía del círculo polar ártico. Se incorporó instintivamente, sabía que no tenía que estar allí, no podría haberse transportado, no desde tan lejos, cruzar la federación en un instante era imposible.

Sintió como la puerta de la casa se abría, dio un paso atrás con temor de ser descubierta, no sabía quién o qué iba a salir de allí, atemorizada puso la mano en su cadera en busca de un phaser que no encontró y sintió como su miedo pasaba a ser estupefacción cuando vio a su madre que salía con dificultad cargando un bolso mientras con su mano libre sostenía una voluminosa barriga de embarazo. Su madre se veía muy joven, de unos 30 años probablemente, no pudo evitar notar que también la casa se veía diferente, la pintura que ella recordaba descascarada ahora se encontraba perfecta, como nueva, el jardín también era diferente, no tenía los juegos metálicos donde ella recordaba haber jugado en su infancia, tenía en su lugar una mesa de madera con dos sillas. Su madre había girado para cerrar la puerta tras de sí, parecía costarle trabajo hacer el más mínimo esfuerzo, Michelle se aproximó a ella.

-  ¿Mamá?

Su madre volteó al escuchar la voz y sonrió al verla mientras estiraba su mano para tocar su mejilla.

- Michelle, el momento ha llegado.

Sintió un fuerte empujón al contacto de la mano de su madre y al abrir los ojos se encontró viendo el techo de la bahía de carga como si se hubiera caído, vio una mancha rojiza moviéndose rápidamente rumbo a la puerta de la bahía de carga.

-  ¿Qué pasó? - pregunto Noxos incorporándose.

-  No sabemos comandante, estaba usted a punto de tocar la sonda cuando salió despedida hacia atrás y esa mancha que acaba de desaparecer salió de la sonda.

Con furia Michelle corrió hacia la consola más cercana y trato de recuperar las lecturas de sensores, una vez más estaban en blanco, como si tuvieran un punto ciego justo donde se encontraba la mancha de energía que ya no se veía por ninguna parte. Trató de enfocar los sensores de la nave pero fue inútil, la mancha había desaparecido sin dejar rastro. 


Continuara...


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