jueves, 19 de julio de 2018

Retorno al Puente - Capítulo 6. Chateau


Debían ser las 3 PM, el sol apretaba sobre los desnudos hombros de Harriman que se encontraba sentado en una cómoda silla en la playa cerca de la casa de los Miranda, el suave sonido del mar empezaba a adormilarlo mientras la brisa rozaba su piel moviendo rítmicamente su cabello aun húmedo por el baño salobre que había tomado, en realidad se sentía muy tranquilo, estaba gozando del azar de la situación, no tenía ningún reporte por leer, ningún fallo por revisar, en definitiva era un hombre libre, sin uniforme, sin comunicador y sin posesiones, hasta los pantalones cortos que llevaba puestos eran de alguien más.

Empezaba a quedarse dormido cuando sintió el frio contacto de un vaso en su mejilla, abrió los ojos con sorpresa para ver a Oroth riendo mientras le extendía una bebida helada, delicioso elixir para el agobiante calor.

 - ¿Le gusta el vino capitán?  – preguntó Oroth con soltura haciendo que Harriman se fijara de nuevo en el vaso que claramente no contenía vino – No, no. Esto no es vino, esto es jugo de dátil. Lo del vino es porqué papá quiere visitar un viñedo cercano y pensamos que podría gustarle acompañarlo.

- ¿Cuándo va a llamarme John? – Dijo recibiendo el vaso y dando un gran sorbo – Y por supuesto que me gustaría visitar un viñedo, nunca he estado en uno, para mí las uvas vienen en botella solamente.

-  Está bien John – el especial énfasis en el nombre sonó extraño – Vamos entonces, aún tenemos que pasar por el replicador – dijo mientras señalaba la indumentaria del oficial.


El señor Pierre Miranda era una especie de agregado cultural en Mykonos, tenía una posición cómoda y algunos lujos que le permitían vivir con suma tranquilidad disfrutando de su pasión, la cerámica. Había estudiado antropología en una época en que el antropocentrismo estaba en franca decadencia y había terminado por ser arqueólogo dada su afinidad por la historia logrando mezclar así sus dos más grandes intereses profesionales, era toda una eminencia en arqueología y por eso ahora se permitía elegir las investigaciones que le gustaría adelantar, había conocido a Rene Papadopoulus en su juventud y su corazón se había quedado con ella en la isla donde finalmente habían formado una familia.

-  Y cuéntame John, ¿Qué es lo mejor de estar al mando del Enterprise?

Había tomado solo unos minutos que el señor Miranda lo etiquetara como el capitán del Enterprise y esto le molesto un poco, pero no podía ser descortés con su anfitrión, así que sonrió alistando una respuesta estándar para la pregunta.
- Lo desconocido, nunca sabes que te vas a encontrar allá afuera.

La respuesta pareció satisfacer la curiosidad del señor Miranda quien sonrió profundamente.
 - Así es la arqueología, nunca sabes que vas a encontrar, ustedes buscan mundos y sienten que encontraron todo, pero no es hasta que su cultura empieza a entenderse que en realidad sabemos lo que hay.


Pierre era un hombre mayor que rondaba la setentena, quizá sesenta y muchos siendo amables, pero seguramente eran setenta y pocos; era de actuar pausado y de una cierta inflexión calmada en la voz que podría convencer a un nausicano de soltar sus armas. Decidió que le agradaba el sujeto. Las luces de la parte sur de Europa empezaban a encenderse mientras el aerovehículo los llevaba al norte de Francia, Pierre había compartido con Harriman su afición por el vino, pero también había dejado en claro que no cualquier vino podría ser de su agrado y que visitaba regularmente este viñedo para asegurar que su cava no se quedara vacía, amaba las notas frutales que lograban imprimir en este lugar en particular y por su descripción apasionada casi hacia que Harriman se sintiera impaciente por probar tal maravilla.

Aterrizaron justo al lado de una acogedora casa cubierta de enredaderas en medio de un claro donde empezaban a verse los colores del atardecer, un niño corrió al encuentro de Pierre quien se estaba bajando con algo de dificultad del vehículo.

- ¡Pequeño Robert!  - El hombre lo tomó en brazos y lo aupó a su costado mientras una pareja salía de la casa sonriendo-

- Ya te habías tardado en venir Pierre, pensé que tendría que vender esas botellas, pero ¿Dónde iba a encontrar a un ejército de borrachos que comprara tal cantidad? –

- Nadie compraría esa agua de cañería que embotellas por vino Maurice, te hago un favor, si no tendrías que bañarte con ella.


La mujer se aproximó a Harriman mientras los dos hombres seguían intercambiando insultos amistosos.

- Nadie nos ha presentado aún, pero imagino que es un buen amigo de Pierre así que es bienvenido, encantada en conocerlo, soy Yvette Picard – apretó suavemente la mano del capitán quien se sintió súbitamente mareado.

- El gusto es mío señora, soy John…- dudo en decir su apellido – para servirle.

- ¡Maurice! ¡Pierre! Vamos adentro – dijo soltando la mano del capitán y girándose en lo que a Harriman le pareció cámara lenta,


Sus aguzados sentidos entrenados para reaccionar habían logrado detectar un movimiento en el límite de su campo de visión. Con fuerza se lanzó hacia atrás y conectó directamente con una de las sombras que se movía subrepticiamente, se giró ágilmente hasta quedar enfrentado a un joven de aspecto casi humano pero algo en su cara hizo que Harriman lo catalogara como alienígena, el extraño levanto una mano con fuerza y golpeó el hombro del capitán pero sin causar efecto alguno, era evidente que no estaba entrenado para la batalla cuerpo a cuerpo, decidió aprovechar está inesperada ventaja y de una sólida patada lo dejo tirado en el suelo, al incorporarse vio dos sombras más que corrían al encuentro de los Picard y Pierre, evaluando las probabilidades rápidamente decidió interceptar al que estaba más próximo al pequeño grupo tacleándolo como en sus mejores tiempos en la academia, la aguda voz de la señora Picard se escuchó pero Harriman no se volvió para comprobar que pasaba, estaba ocupado con su nuevo contrincante que con habilidad inusitada logro bloquear los dos primeros golpes, al parecer estaba más preparado para defenderse que el primero. Giro sobre sus talones esquivando un certero golpe del agresor y pudo ver el brillo de una hoja metálica que rozaba su camisa, completó el giro levantando su bota y dando de lleno en la espalda del atacante quien cayó de bruces mientras de la capa que vestía salía una larga cabellera de color ocre. No se detuvo a ver nada más porque tenía que correr al encuentro del tercer atacante, corrió hacia donde estaban los aterrados miembros de la familia, pero no pudo encontrar al tercer agresor. Los Picard y Pierre estaban acurrucados en un montón protegiendo a Robert con su cuerpo a la espera de un ataque que no llegaba. Harriman estaba seguro de que había visto a un tercer atacante y se llenó de terror al pensar que le estaban apuntando desde las sombras con algún tipo de desintegrador. Echó a correr hacia la casa y fue su turno de ser derribado, rodo por el suelo y fallo al estabilizarse cayendo pesadamente hacia atrás mientras sentía unas manos que lo sujetaban con una fuerza inesperada levantándolo del suelo para luego arrojarlo sin ninguna consideración contra una carreta cercana. El sonido acuoso le hizo comprender que había tenido suerte pero que el viejo vinicultor había perdido una parte de su preciada producción, ya habría tiempo de evaluar las perdidas más tarde, empezaba a sentirse agotado. Se levantó rápidamente pero no lo suficiente para defenderse del nuevo ataque que iniciaba, vio como un gran puño se aproximaba a su cara y fue demasiado lento al esquivar recibiendo una parte del golpe en la quijada, tenía que hacer algo, pronto los dos primeros desconocidos se levantarían y entonces todo estaría perdido, se dejó caer como si el golpe lo hubiera noqueado con la esperanza que la bestia se le viniera encima y conectar una patada en su quijada, su plan tuvo éxito, la bestia se lanzó a rematar al capitán y cuando este estaba listo para liberar toda la fuerza que le quedaba en un último ataque escucho un disparo y de inmediato vio como el atacante se disolvía en el aire. Se levantó con rapidez preparado para recibir el siguiente disparo, giro en busca del inesperado participante y vio como los dos primeros agresores eran transportados fuera de la escena mientras un hombre de uniforme negro que no logró identificar se encontraba de pie junto a los asustados espectadores de la pelea.

 ¿Están todos bien?


Continuara...

PrologoCapitulo 1, Capitulo 2Capitulo 3Capitulo 4, Capitulo 5.

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